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domingo, 14 de julio de 2013

CURSOS Y VIDA CÍVICA.

Por los años 70, como también después, hice cursos. Tuve plagada de diplomas la pared. El primero que hice fue de inglés, cuando sólo tenía 12 años. Iba a Meconi-todavía me acuerdo de su apellido- caminando a su casa. Ahí, un joven, de unos cinco o seis años mayor que yo, me empezó a acosar sexualmente. Me hablaba de sexo. Y por unas monedas, quería que yo tuviera sexo con él. Transpiraba. Me sentía mal, lógicamente. Dejé de ir a ese curso. Sin embargo, no creo que me pueda haber influido tanto. 
Hice otros de computación. Ya conté, el de perfoverificador, con computadoras que eran tan viejas, que las usaba Pedro Picapiedra, para trabajar en la obra. Ja!.También, como me gustaba la arqueología, hice tres cursos con afamados científicos de la zona de Mendoza, aqui en Argentina, mi país. Una vez conocí a Juan Schobinger, arqueólogo de alta montaña. Con él, estuve en la Universidad Nacional de Cuyo. Desde allí me trajo en su citroen, una vez, hasta el Museo de Historia Natural y Arqueología  Cornelio Moyano, donde me quedé un rato viendo todo. En aquella oportunidad, vi a Roberto Bárcena, otro científico, que muchos años después sería mi  "profesor", cuando asistí a arqueología, como oyente de la cátedra. En 1975, vi a Humberto Lagiglia, naturalista, antropólogo y arqueólogo de San Rafaél, Mendoza. En su museo. 

Mi vida en la calle, mi vida cívica, era nutrida. No me costaba hablar con la gente en los micros. Saqué más de una dirección, de chicas,claro. Siempre fiel a mi estado de ser, jovial, ameno, agradable. Considero que hay que comunicarse siempre. Es lo más idóneo y productivo en una época como esta de aislamiento y desconfianza. Los más grandes sabios, aconsejan vidas social. No propenden el encierro. Claro, tampoco significa que quien se comunique mucho, o sea socialmente activo, no se sienta solo,igualmente. Porque la soledad es un estado interior del hombre. Quien se siente solo, puede no estar físicamente solo. Como así también, hay gente sola físicamente, que se siente sola. Y hay gente que está físicamente acompañada, y se siente bien, sin soledad. Krishnamurti  decía que era bueno estar solo. Porque en ese momento, uno está en una comunión con Dios. Pero también es real, que puede estar con Dios, y al lado, bien al lado, una o más personas. Y si ellas también se encuentran en ese estado como de "ritual", adviene ....¿el amor?.  Después de todo se dijo "no es bueno que el hombre esté solo". ¿Será por eso que hay tanta gente desolada y con tanta desazón?. Es que hemos perdido el rumbo.Y yo, en lo personal, creo estar hallando una brújula. Volando en una "escóbula", hacia las estrellas...


"SOLOS EN AMÉRICA". MIGUEL MATEOS.

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