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martes, 8 de octubre de 2013

YENDO DE LA CAMA AL LIVING...

Los momentos vividos en el año 1996, fueron patéticos, atroces. Luego de mi internación psiquiátrica, tuve dos meses muy mal en mi casa. Noviembre  y diciembre. Mis padres  y mi hermana no sabían más que hacer. Me pusieron una gran cantidad de dolorosísimas inyecciones. ¡Dios mio!. Cada vez que mi padre  venia a colocármelas, miraba al techo, atormentado, incongruente, preguntando, para qué me sirvió el hospicio. Pero había que tener paciencia.  Encima no sabía que hacer con mis actividades. Mi padre había vendido la moto que me hizo trabajar en la pizzeria. Luego el doctor Diaz, diría que ese esfuerzo de trabajar, me provocó muchísima tensión. Iba y venia con la moto repartiendo las pizzas.Pero eso será motivo de otro post. Resulta que en noviembre tenía enorme melancolía, viendo cada vez que salía a la calle, que "era el loco del barrio o el que estuvo en un hospicio". No sabía qué hacer, y quise vender las botellas artesanales que hacía por aquellos años mi madre. No vendí nada, y me senti un frustrado, un fracaso, un terrible perdido...Entonces, con el tratamiento de inyecciones, llegó algo espantoso. No podía quedarme quieto. Un día llaman -el 30 de diciembre de 1996- a la doctora Quiroga. Estaba en la cama. Y llega la doctora. Me fui -literalmente.-desde la cama al living, como decía la canción de Charly Garcia, y a la cama,sucesivamente, impulsado por algo "demoníaco", pero mas bien, medicamentoso. ¡No podía estar en alguno de los dos lugares por mas de dos minutos!. No paraba. Iba y venia. Y para colmo, eso ya me empezaba a pasar otros días de ese fatídico diciembre. No sabia que hacer con la lectura, porque no podía leer más de tres lineas de una revista. ¡Y yo que amaba leer!. Un día, leía  una nota de vulcanología, y ....¡la terminé!. Me senti en las nubes. La internación tenía este fenómeno. Pasaron dos meses similares al hospital entre mi familia, desolado, y con ataques de pánico y de nerviosismo indecible. En el colmo...pedi volver al internado. ¡Como pudo ser eso! Pero fue en un momento de bronca y extrañeza. . Y dije luego a  un amigo: si vuelvo me tomo 70 pastillas, y listo. El 26 de diciembre, rompi un termómetro para la fiebre, y ....quise-estúpidamente- morfarme el mercurio...Como un tipo de record guiness, de segunda mano. Ja!. .Quedé como un pelotudo. Pero todo  esto si,  fue medicamentoso. Son las exploraciones que hacen los psiquiatras. Si se sale, la gloria. Si no...la muerte.

Algún filósofo dijo esto: "en la vida todo lo que uno teme...hay que enfrentarlo"....

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